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Presagios del más adentro

Cuando me sienta bien derribaré mi casa. Aspiraré el calor del infierno. Sabré científicamente que no soy una mierda. Tendré que cortarme de raíz el miedo a nada. Que la fuente no se vacíe nunca. Soy una estampida de pensamientos. Pienso en cómo se pondràn mis uñas cuando muera. Que nada tenga sentido. Tengo ganas de inyectarme café directo en el cerebro. Vas a sentir como todas las aguas se despiden se dicen adiós, pero yo soy como  el alma de la piedra, un día quería morirme y otro quería dormir un rato nomás. La soledad tambien se fermenta y con el tiempo se hace tan fuerte que puede envenenar. Puedo cortame las ramas para que mi sombra no refleje arañas deambulando en tu suelo... No soy un hombre.. soy una voz que no sabe de donde viene. Soy una canción fuera de estación. Estoy en la ventana. Mirando abajo como si mi futuro fuera el pavimento simulando ser un cielo azul. Yo soy turbio como todo espejismo. Yo veía una chispa de luz al cerrar los ojos. Los milagros son la...

¿Por qué rosa de niñas y azul de niños?

Te decimos qué hay detrás de la elección de colores por género . Estábamos junto conversando con un compañero y una compañera  sobre Enfoque de Género, haciendo un repaso concienzudo de ciertos aspectos que son importantes revisar para llegar a una mejor comprensión de la realidad, para de esa manera poder participar activa y propositivamente en los cambios. De forma inesperada surge una pregunta interesante: ¿Por qué el color rosado se ha definido como color representativo de las niñas y el azul de los niños? ¿En qué contexto y bajo qué parámetros hemos llegado a aceptar esta regla? En un principio creí erradamente que la culpa era directamente de la muñeca de Mattel, Barbie 1 , a la que a lo largo de mi vida he visto recalcar este estereotipo; pero no, la muñeca apareció en 1960, creada por Ruth Handler un poco después de que el estereotipo ya estaba marcado. Inluso descubrí que esta muñeca se basó en un modelo de muñeca sexual alemana llamada Bild Lily, la misma que...

La burbuja del hombre azul

Desperté con los ojos fijos en las líneas trazadas por las persianas en lo alto del techo, con el latir agitado, como si un entusiasmo extraño me invadiera por todos los rincones. -No puedo dormir; le dije, sin despegar la mirada en el cielo raso. -Que pasa; respondió aún dormida, tratando de reacomodarse sobre su almohada. Volteé la mirada solamente para asegurarme de que estuviera ahí, o de que por lo menos me mirara, pero aun sabiendo que esto no ocurriría le dije: -He soñado algunas cosas agradables, he quedado con una emoción loquita atrapada en mi pecho, que será. Imagínate, me vi elevado, en lo alto. Había inflado muchos globos azules, llevaba un traje azul como el que suelen usar los magos de los circos elegantes, los estelares como el del Circo Du Soleil.  Mi traje y su color me permitían flotar por el aire, como volando y así yo me deslizaba por el cielo por poco invisible. Escalaba espacios cada vez más altos donde podía verlo todo, por ejemplo: una marcha...

Contar sin contar nada...

Cada pasaje tiene su música, sus arpegios, sus conjugaciones, sus apariencias, sus aromas. El ritmo circense retumbando entre la confusión de los aplausos en que el equilibrista sobrevive a su insania. El calorcito tierno chamuscando las tripas de los cobardes, el reviente de las brasas enrojecidas sancochando la carne del narrador de cuentos que permanece obnubilado en su hemisferio surreal frente a la orilla del fogón. La magia de sus historias tiene un retumbe como de ultratumba, las nueces también sancochadas se  sienten rancias, el narrador las mastica sin saborearlas, no se detiene. Y el fuego arde que arde, como todo. Y el carbón naranja reventando chispas doradas, amarillas y azules, las cenizas sonrojadas por la fiebre. El cuento cada vez más profundo más raspante. El viejo inventa lagos cristalinos donde algunas musas salen a bañarse antes de ocultarse el sol, detallaba con ademanes mímicos los gestos de ellas jugueteando con el agua. La suavidad de su voz hace visibiliz...

Despedida en un café a las 3:30 pm

Si hubieras visto la forma como sus ojos fijos se encontraron el uno con el otro alargando su inevitable despedida; deliberando cualquier reacción, rebuscando en el interior de las pupilas de cada uno, sin parpadear. Es probable que ella intentó contener su abatimiento prensando sus lagrimas en un esfuerzo inútil, es posible que sus miradas se encontrasen unidas por una suerte de vía microhondas y hubiesen transmitido aproximadamente unos mil viajes de ida y vuelta a cada uno  de sus infiernos, como quién viaja sin deseo, de forma agresiva. El asunto es que estuvieron ambos expectantes dispuestos de forma opuesta, el uno frente a la otra como en una partida ajedréz donde cualquier movimiento puede terminar matando al contrario. Estuvieron quietos sus cuerpos. Quién sabe cuántas cosas pudieran haberse dicho, puede ser que ella le reclamase por algún error y él no suplicara, por eso la lágrima rebelde se desmaya exhausta por su mejilla y su pupila ejerce un movimiento triste ...

Nociones del tiempo

Uno respira y el cronómetro de la vida que es como un globo inmenso se va desinflando como si la bomba (esa a quien llamamos tiempo) se resistiera con vehemencia a explosionar. Luego, uno mira el reloj y el tic tac, tic tac parece una llamada de atención, como si alguien se avecinara, como si algo te entumeciera la mente. Y es en esos momentos, en que me complico y el futuro me asusta. Me aguanto la respiración, pero no para matarme, sino para vivir un poco más, o creer que p uedo alargar mis posibilidades de sobreviviente. Hay veces en que la musiquita rara, esa que tintinea como en algún espectáculo de tambores y campanitas; me proyecta a una danza aérea sobre un abismo, suspendido; quizá como cayendo día a día, como desembolsándose tal cual uno se resbala a vivir. Y hasta el trazo de los pinceles manchando el cuadro parecen mantener el ritmo de un tiempo que se nos arranca, que se nos escapa y a la vez deja perenne alguna fragua forjando en este hierro un monumento rígido re...

¿Qué pasó con Luján?

¿Qué pasó con Luján? Ahora no recuerdo con exactitud cuándo fue que conocí a Luján, solo recuerdo que un día imprevisto lo vi metido en mi casa acompañando a Segura (uno de los músicos por qué no, más carismáticos del medio trujillano). Luján, de aspecto bastante holgado y sencillo, con una barba, en ese entonces rala y oscura, ojos despiertos, nariz de reno y pelo erizado. Sus gestos poseían ciertas características bonachonas, siempre agradables; de manera que no le fue complicado involucrarse con el grupo. Con el tiempo se transformó en un personaje entrañable, de pronto ejemplar. Solía ser el más puntual, el malabarista de los instrumentos, cambiaba sin chistar entre percusión, cuerdas y su voz extremadamente viril con la que jugábamos cantando casi de forma gutural la frase “tu voz me da miedo”. Alguna vez ebrios, lo vi disertando con Martínez sobre la diferencia entre un travesti, un gay o una lesbiana y sus derechos. Luján me parecía de lejos siempre el más sensato, solida...