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La burbuja del hombre azul



Desperté con los ojos fijos en las líneas trazadas por las persianas en lo alto del techo, con el latir agitado, como si un entusiasmo extraño me invadiera por todos los rincones.
-No puedo dormir; le dije, sin despegar la mirada en el cielo raso.
-Que pasa; respondió aún dormida, tratando de reacomodarse sobre su almohada.
Volteé la mirada solamente para asegurarme de que estuviera ahí, o de que por lo menos me mirara, pero aun sabiendo que esto no ocurriría le dije:
-He soñado algunas cosas agradables, he quedado con una emoción loquita atrapada en mi pecho, que será. Imagínate, me vi elevado, en lo alto. Había inflado muchos globos azules, llevaba un traje azul como el que suelen usar los magos de los circos elegantes, los estelares como el del Circo Du Soleil.  Mi traje y su color me permitían flotar por el aire, como volando y así yo me deslizaba por el cielo por poco invisible. Escalaba espacios cada vez más altos donde podía verlo todo, por ejemplo: una marcha de protesta en la plaza San Martín, donde la gente transcurría por las angostas arterias del centro de Lima, parecían hormiguitas moviéndose por todo lado. ¿Te lo imaginas? Era todo muy loco,  silbaba fuerte como si todo el aire del cielo me perteneciera y soltaba un sonido estentóreo hacia abajo, todos asombrados viraban sus cabezas hacia lo alto y no encontraban nada. Yo, mi amor, moría de risa.
-Seguro no has tomado tu clonazepam, sabes que cuando no la tomas sueles tener pesadillas; balbuceó semidormida.
-No fueron pesadillas, gorda. Imagínate, soñé que debajo de mi cama había una especie de cavidad amplia, muy extraña como una bóveda secreta a manera  de fosa fúnebre. Me deslizaba suavemente echado de espaldas, arrastrándome suavemente debajo de la cama hasta ubicarme exactamente en el centro con las manos atrás. En serio, no te imaginas, sentía como si algo, una fuerza magnética me arrastrara hacia abajo con una fuerza alucinante tan parecida a la que se siente en el movimiento de los juegos mecánicos. Sentía el vértigo y un olor como cuando sientes que te va a salir sangre de la nariz, como cuando te ha caído un pelotazo en pleno tabique. ¿Nunca te ha caído un pelotazo en pleno tabique? A mí varias veces, sobre todo de niño, pero el asunto es que  toda esa sensación duró como dos largos minutos y luego un desvanecimiento violento acompañado de una suerte de resonancia y destellos tremendos acompañados de una sensación energética que me empujaba hasta hacerme caer en un espacio flotante, esplendoroso; hice una pausa como tratando de recordar y ella para no hacerme sentir solo, estiró sus brazos hacia mí, posando su cabeza sobre mi pecho.
-Continúa.
- De acuerdo continuaré. ¿Alguna vez has fumado?
-¿Cigarrillos? Casi siempre, lo sabes.
- No, algo más fuerte.
-¿Cómo qué? ¿Marihuana? Estás loco.
- Es que la sensación que continuó en el sueño fue como estar envuelto en un estado estupefacto, completamente ensimismado y con la felicidad reluciendo por todos los espacios de mí ser. Mi cuerpo estaba completamente adormecido, trataba de hincarme el abdomen con los dedos pero no sentía nada, mis dedos se doblaban se sentían como si fuesen de látex. Mi estómago parecía arrugado o retorcido con una sensación nerviosa pero siempre feliz. ¿Nunca has fumado no?
-Que no.
-Bueno, lo que empezaba a vivir en mi sueño era cada vez más inexplicable. Como si ese fuera un planeta completamente distinto y los habitantes fuéramos una especie completamente diferente. Estaba encerrado en una suerte de burbuja inmensa, de aproximadamente ocho veces mi tamaño, ¿Puedes creerlo? Yo estaba dentro de la esfera sintiéndome encerrado, al mismo tiempo sentía algún tipo de placer. El aire era innecesario. En el interior de esa bola, flotaba, con mucha más suavidad que cuando estaba vestido de azul suspendido en el cielo. Trataba de estudiar todo el perímetro de mi espacio, esa esfera enorme que me contenía y era emocionante dar vueltas y vueltas por todos los rincones sintiendo cosas extrañas, por ejemplo electricidad, luces, qué se yo, tantas cosas; se sentían y muy reales. Logré acercarme lo más que pude a la pared de esta mi nueva habitación, lo que parecía ser de un color rojo pastel se iba desvaneciendo conforme me acercaba hasta verse casi transparente como un vidrio pero gelatinoso, parecía hecho de hule.
-Parece un cuento.
-No lo es, es un sueño.
-Lo estás inventando.
-Te juro que no, que todo eso lo soñé, es más parecía como si lo hubiese vivido. Es más, lo he vivido.
-¿No crees que es demasiada fantasía?
- Lo es, pero los sueños son así. Lo más impresionante fue saber que mi globo no era el único, lo cual ponía claro que no era el único encerrado feliz en su globo de hule transparente. Pude ver a lo lejos muchos otros globos, una infinidad, cada uno ubicado a mil metros de distancia del otro.
-¿Jo, qué importa la distancia?
-Importa, pues empezaba a interpretar todo lo que en ese espacio ocurría y yo me imaginaba ser de repente una célula. Claro, y habían muchas otras células a mi alrededor. Lo cierto es que yo me encontraba entretenido ahí en mi globo, analizando todo lo que ocurría en el interior, observaba todos los colores que formaban parte de mi atmósfera,  mi sombra era casi inexistente. Era sinceramente una sensación maravillosa, se sentía calentito, rico.
-¿Y cómo eras tú en ese sueño? ¿Cómo te veías?
-Sabía que era yo, pero nunca pude visualizarme a mí mismo.
-Y qué más; dijo con tono somnoliento mientras pegaba su nariz a mi pecho y posaba un suave beso.
-Te digo que era genial.
-Ya, pero cómo.
- Era genial todo lo que sucedía ahí, mientras me encontraba en la esfera, era necesario quedarme completamente quieto algunos instantes para notar algunos detalles, por ejemplo que yo giraba lentamente y que la bola inmensa también giraba en sentido contrario. Luego me volvía a acercar a la pared de la bola para notar que éramos un mar de esferitas, como pequeños planetitas dando vueltas indefinidas en un mismo punto. Pude ver en algunas esferas cercanas algún bulto que sospechaba fuera de pronto una persona durmiendo, con una ternura tan parecida a la de los fetos rodeados de líquido amniótico. Me quedé buen rato observando, tratando de interpretar sus movimientos entre las manchas que denotaban su presencia dentro del globo, creía que era una figura femenina…
-¿Y cómo sabías que era femenina eh?; Interrumpió.
-Ya sabes hay cierta delicadeza en ustedes algo que no es tan fácil de describir. Bueno, lo cierto es que observando esa figura, por buen rato, pude notar una especie de flash de fotografía pero mucho más fuerte y cegador aún, la luz era impresionante. Yo trataba de buscar dónde se originaba esta luz, entonces empecé a observar por todos los rincones de mi burbuja y el flash insistía en mostrarse una y otra vez. Fue ahí cuando empecé a comprender el movimiento, que era lento, pero constante. Entonces husmeando por los rincones de mi burbuja, no podía definir exactamente para qué lado, si fue arriba o abajo, al centro, izquierda o derecha, solo lo hallé. Podía observar una mancha circular que iluminaba suavemente tenía la forma parecida a la de un eclipse solar y rápidamente otro gran flash aparecía sorpresivamente y con una fuerza impresionante. Estaba claro, gorda, por fin había notado el orden en el que nos encontrábamos todas las esferas. Las distancias eran enormes, ya lo dije como mil metros de distancia, pero desde mi ubicación podía observar una hilera de treinta burbujas perfectamente ordenadas de forma diagonal delante de la mía. ¿Sabes qué era lo más impresionante?
-¿Qué?
-Imagínate pues…
-Es que no sé, es tu sueño. No mío.
-Cierto, bien, continuaré. Cada vez que el rayo de luz aparecía como un flash de cámara una esfera se movilizaba hasta la luz parecida a un eclipse y esta luz absorbía la esfera entre el flasheo. Luego de ser absorbido, la siguiente figura que ya estaba en movimiento se alineaba para la siguiente absorción y así la hilera de burbujas se iba reduciendo cada vez más, admito haber estado consciente de todo esto, sentía los flasheos cada vez más fuertes, y hasta veía como si las imágenes sufrieran algún tipo de sobre exposición de luz. En serio, todo fue tan real, que no te imaginas. No me creerás que incluso hasta sentí miedo cuando las burbujas ya se habían reducido a tres, todos íbamos a ser absorbidos por la boca de luz. El temor me hizo intentar empujar mi globo con sentido contrario al destinado, pero era imposible era algo inmenso, solo logre llenarme de impotencia, los rayos ya eran intolerables, todo estaba perdido.
-¿Y qué paso?
- Esos últimos minutos fueron mucho más increíbles, de verdad. En el momento más inesperado llegó el súper mega flash de luz y sentí todo un temblor, como si ese planeta que me contenía convulsionara. Sentí un estremecimiento magnético que tiraba de mi brazo derecho como queriendo arrancarme, no veía nada, solo había un solo color en la escena, el blanco y el resto solo se podía sentir, no era dolor, solo fuerza que me jalaba hacia afuera. Así es como el globo reventó y pude ver todas sus partículas consumirse por el calor de la luz, que brillaba como una chispa inmensa de fuegos artificiales. Cuando la luz cesó yo seguía suspendido en el aire, visualizando múltiples colores y efectos extraños que la luz misma hacía al desconcentrarse, todo era hermoso. De verdad no podrías imaginar la emoción que sentía.
-Increíble.
-Lo es. Luego, me volví a ver vestido de azul perdiéndome en la inmensidad de un cielo también azul y hermoso. Eso es todo.
-Ahora duerme que hay otros sueños que hacer realidad.


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