ÚLTIMO ESPACIO

Aprendí, que los espacios para crecer los son todos, los buenos y los malos. Comprendo por fin aquella tertulia con el tuno “Esquizoide” y el tuno “Dengue” en aquella plazuelita donde la noche vibraba al son de la guitarra, el borboneo de la bandurria y las voces aguardientosas sucumbiendo a la armonía del romanticismo; en aquella ocasión, ambos se mostraron de acuerdo en decir que: en nuestra vida nosotros debemos ser como esponjas, - sí, como esponjas; resaltaban con un tono estoico y preciso; porque las esponjas absorben lo bueno y también lo malo; pero depende de uno el clasificar que escurrir para nuestra vida. Luego, un hombre sabio resolvió una de las preguntas más complicadas de mi vida y postuló una frase bastante precisa para favorecer mi desarrollo espiritual, emocional e incluso el actitudinal: “Quien no es justo en lo pequeño, no es justo en lo grande”; así decía ese sabio pintor con su inconfundible tono de sapiencia y espiritualidad. No podía dejar de solucionar

Como aleteos de mariposa, casi así puedo recordarte, como aleteo de mariposa; sospecho que no lloverá esta tarde, que no habrán ganas de sentarse a la ventana a sobrevivir. Hay miles de sensaciones licuándome el alma; Si esta tarde no llueve, mójame con tus palabras,  golpéame con el viento fuerte de tus ojos. Graniza sobre mi espalda para sentirte adentro, y también sobre la piel, en los huesos tristes. No me abraces, solo respira lo que respira mi boca, solo acude hasta lo más profundo de mis sueños, una vez a la semana, una vez en cada vida,  o tan solo alguna vez.