Es necesario que el verdadero periodismo recobre el interés no solo en los lectores, sino en quienes lo conforman, crean y reproducen. El menú del periodismo de investigación es muy monótono, no hay mucho que elegir. Esa tarea es competencia de quienes han recibido la formación "idónea" para darle relevancia a ese "cuarto poder" que ahora pertenece a los empresarios y no a los periodistas.
Es necesario que las Universidades tomen el interés necesario y no mercantil al respecto. Todas las teorías de la comunicación y la información han sido reemplazadas por todas las teorías del libre mercado. Ahora el periodista es el "rey del Publicity", la noticia debe tener un padrino y no un gestor. Estamos al margen de la realidad, sucumbiendo a la era del consumismo y del automatismo. La era digital y la de las telecomunicaciones, suponía una verdadera revolución de las comunicaciones pero resultó sometiéndose al servicio de la incomprensión; la excusa perfecta para las ventas.
La independencia e imparcialidad que muchas veces es utilizado como valor y eslogan de muchas emisoras y diarios son ahora palabras meramente ornamentales, no se practican. Y es que poner en práctica estos valores significa reinventar el periodismo y la investigación y el consumo de la información. Él director de The New Yorker, David Remnick, periodista estadounidense, en una entrevista al diario el País de España, se muestra a favor del pago por los contenidos de la información difundida por Internet, buscando así mantener una prensa de calidad independiente que presione al poder, dejando claro que a la postre "Saldrá caro no tener periodismo", "Quiero que 'The New Yorker' sea rentable porque quiero que su libertad continúe". (leer más aquí)
En nuestro país tenemos entre los escasos ejemplos, al periodista Cesar Hildebrant. Uno de los pocos atrevidos a manifestar una actividad periodística contestataria en base a la investigación. "el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa)." Así se refiere el periodista con respecto a su participación en la coyuntura periodística del país en su columna "La vieja Indecencia" del diario La República. (Leer más aquí)
Hernán Casciari, un escritor y periodista argentino se refugia en España desde el año 2000. Desde ahí empieza a incursionar en la información por Internet, creando sin querer la Literaura Online, publicando varios cuentos sobre la realidad misma de Argentina y España. Ahora cuando todos creen que el ha triunfado a través del Internet; el decide sacar una publicación en papel, trimestral y a un costo cercano al público, incluso sin preocuparle las pérdidas. Todo esto parece revolucionar nuestra concepción del acceso comercial de la industrialización de lo escrito.
Hernán casiari responde elocuentemente ante la pregunta de la periodista Marilin Gonzalo de la web ALT1040: Desde hace tiempo la prensa escrita vende cada vez menos, ¿qué ha ido mal en tu opinión?
En nuestro país tenemos entre los escasos ejemplos, al periodista Cesar Hildebrant. Uno de los pocos atrevidos a manifestar una actividad periodística contestataria en base a la investigación. "el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa)." Así se refiere el periodista con respecto a su participación en la coyuntura periodística del país en su columna "La vieja Indecencia" del diario La República. (Leer más aquí)
Hernán Casciari, un escritor y periodista argentino se refugia en España desde el año 2000. Desde ahí empieza a incursionar en la información por Internet, creando sin querer la Literaura Online, publicando varios cuentos sobre la realidad misma de Argentina y España. Ahora cuando todos creen que el ha triunfado a través del Internet; el decide sacar una publicación en papel, trimestral y a un costo cercano al público, incluso sin preocuparle las pérdidas. Todo esto parece revolucionar nuestra concepción del acceso comercial de la industrialización de lo escrito.
Hernán casiari responde elocuentemente ante la pregunta de la periodista Marilin Gonzalo de la web ALT1040: Desde hace tiempo la prensa escrita vende cada vez menos, ¿qué ha ido mal en tu opinión?
La revista Orsai hace todo al revés, por estrategia. Los lectores eligen el precio en cada país (jamás lo haría la industria); eliminamos intermediarios ineficaces que solo están ahí para encarecer los productos (jamás lo haría la industria); los lectores distribuyen y promocionan (la industria necesita manipular esos pasos); nosotros elegimos autores y temas pensando sólo en nosotros, en Chiri y en mí, en nuestros gustos (la industria no hace eso, es complaciente con un mercado que sospecha imbécil); impedimos a como dé lugar que nuestro proyecto se convierta en un negocio (la industria no puede hacerlo); nos divertimos como chanchos en el proceso (la industria se estresa en el proceso); contamos todo con honestidad y simpleza (la industria está acostumbrada a ocultar y a alardear de complejidad); no usamos la publicidad tradicional en ninguna dirección (la industria está atada al reclamo y la mentira, es su oxígeno).
Pero todo este párrafo se resume en un solo detalle: la industria hace productos para los targets, y ya estamos capacitados (como comunidad) a rebelarnos de ser target. Ya nos comunicamos entre nosotros. Ya podemos hacer proyectos, y no productos. Ya podemos promocionar sensaciones, deseos y sueños. (Leer más aquí)
Sin duda, luego de todas estas opiniones de valor crítico me pregunto y en cuanto estas vayan cobrando mayor posición en el acontecer mundial si algunos de nosotros, los lectores empezaremos a comprender que no somos un simple target y una manada a la que se puede distraer con publicaciones parametradas, sin sentido.
¿Cuánto puede calar esto en la concepción de la información en el mundo? Esperamos que todos lean ORSAI o Hildebrant.
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