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QUIÉN SOY, DE DÓNDE VENGO Y ¿CUÁL SERÁ MI EPITAFIO?


Crecer, hacerse hombre, para luego tener que morir. Claro, parece fácil pero no lo es en la medida en que uno, como ser único, observa su entorno y se descubre formando parte de la humanidad.  Ahí empieza esa constante lucha por dejar una huella, por echar raíces y unirse a la memoria de la tierra. Ser recordado. Nos preguntamos entonces, cuál es la forma en que deseamos ser recordados. Sin embargo  ya ubicados en esa instancia, es importante que nos preguntemos  quiénes somos en este momento. Estos cuestionamientos casi metafísicos que nos hacemos a manera de introspección no deben  ser motivados solo por el placer de lograr una imagen aceptable por el fervor popular, sino para encontrarle un sentido a la vida que desde su extraña e involuntaria razón resulta ser muy complicada.

Yo quiero ser una persona libre, libre de dogmas, de egoísmos, fuerte, muy capaz. No sé si a muchos les pasa, pero el poder suele ser unos de los sueños más próximos en el ideal de las personas. También quiero poder, es decir me veo como un personaje poderoso, arriesgado, luchador. No sueño con formar una familia, mi principal temor es ser padre. Creo en el amor como fuente fundamental para el desarrollo del ser, en la iluminación; de ese modo me veo rodeado de personajes especiales, grandes en pensamiento y calidad de personas. No me veo solo, pero bien decía mi abuela, más vale solo que mal acompañado. Me veo junto a las pocas personas (que son muy pocas) con las que me he sentido verdaderamente feliz. Quizá ya estemos mayores, pero no ancianos; no sabría cómo explicar esto pero no me imagino como un vegete esperando que la muerte le llegue  saludar, esperando en un rincón hecho un estropicio, inservible. Quiero que todo lo que salga de mí sea valioso, tenga la magia propia de las pequeñas cosas que suelen ser inmensas. No me imagino con grandes bienes ni forrado de acciones o de dinero. Me imagino en equilibrio, viviendo entre lo que pueda quedar para ese entonces de naturaleza, rodeado de bienestar, placer en el arte, libros, fotografías, esculturas. No quiero trabajar toda mi vida. Quiero alcanzar esa utopía de la casita de campo con un espacio para sembrar hortalizas, una ventana inmensa para recibir al sol, una habitación para la meditación, una cama grande para hacer el amor sin interrupciones ni ruidos, una sala para leer y perderse en el mundo. También me veo viajero, caminante. No me he dejado encerrar y no espero ser un profesional de éxito, pero sí un profesional.

No me imagino con el cumpleaños número cien, primero porque el promedio de vida se aproxima apenas a los 68 y lo segundo es lo descrito en el párrafo anterior, no quiero resultar inservible ni olvidado en esta sociedad desacreditada para llamarse humanidad. Mi cumpleaños número 68 será una reunión íntima con la que en ese momento fuera mi mujer (espero sea la de hoy, pues asegura quererme para siempre),mis hermanos, mis dos o tres más grandes amigos,  un vino en una mesa, un pastel de choclo con queso suizo, guitarra, música y muchos recuerdos emocionantes. Mi cumpleaños, sería una tertulia tipo recuento de todas las circunstancias vividas, las que valen la pena recordar y obviamente todas aquellas de las que hasta ese momento hayan servido para hacerme hombre. Cantaremos canciones de Silvio Rodríguez, Víctor Jara; Pablo Milanés, unas que otras composiciones propias, y seguro que mi hermano también cantará y cada uno de ellos hablará de su familia y eso me hará feliz. A esas alturas de mi vida no me espero hablando sobre el trabajo, porque no me quiero ajustar al sistema, ni ser una maquina laboral toda mi vida, así que espero que hasta mis 60 años aproximadamente hayan cesado todos los ajetreos de supervivencia. En esos años seré lo que de joven me vi obligado a evitar, la pintura. Antes de cenar es probable que mi hermana invite a una oración a pesar de que ella conoce que no soy religioso, sin embargo creo en la energía de los superiores. Oraremos, y antes de probar bocado, estoy seguro que a alguien se le ocurrirá decir:

-Que hable¡¡¡ Que hable¡¡¡ y claro yo sin tener nada preparado para ese momento, cerraré los ojos por un momento y buscare frases para conciliar mis emociones con respecto al momento y diré, en tono muy suave.

-Les agradezco por su compañía, mujer adorada, hermanos, amigos, me siento muy emocionado de que la vida para mí se haya prolongado hasta ahora. Ya en puertas de la ancianidad y con todo lo sufrido y vivido, siento que la vida para mí tiene un sentido más profundo, y aunque hayan cosas que siga sin entender, me siento fortalecido por todos los logros y tropezones en los cuales ustedes me han acompañado, alentado y hasta rescatado. La vida para mí es un circuito infinito, bastará que nuestras mentes persigan los recuerdos que hemos venido resucitando a lo largo de esta velada en que me encuentro cumpliendo 68 años; arrugado físicamente pero con el espíritu esbelto, satisfecho de haber servido a la humanidad con una tarea de cambio y de conciencia por todos los rincones donde me he visto asomado, siempre creyendo en una revolución que empiece por el compromiso de los ciudadanos más sufridos, donde sean ellos mismos los protagonistas de su propio cambio. Me siento satisfecho de mi vida junto a la mujer que amo, con quien hemos pasado momentos duros, fríos y que hemos sabido reanimar con la misma fe del principio. Me siento agradecido por los consejos recibidos de ustedes, por las peleas, que a veces le han dado el toque de sabor a esta vida que se teñía de grises muy tristes. A mis hermanos, les agradezco haber seguido con ahínco los consejos de nuestra madre. Nunca olvidamos nuestros inicios donde la nada nos exigía acción, trabajo, esfuerzo para salir adelante. Cambiar nuestras vidas siempre dependió del esfuerzo que nosotros estemos dispuestos a dar por alcanzar nuestras metas. No voy a poder olvidar todo lo que aprendí de mi madre,  su coherencia y estímulo con la que enfrentó la vida empujando el camión familiar, con cuatro hijos; no va a dejar de ser mi ejemplo y mi modelo.

- Va a llorar; grita Jahnn, mi gran amigo, Juan Julio le sigue con otra broma y Sofía me mira como conteniéndose las lágrimas.

- Es justo que a estas alturas de la vida se le escapen a uno las lágrimas, me siento feliz de contar con su compañía, el mejor mérito que tengo es haber sobresalido sin dejar de tenerlos cerca, que compartir con ustedes ha sido el mejor alimento del alma que hasta ahora tengo y he tenido. Gracias.
Apenas un mes después de haber cumplido mis 68 años, me tocará morir y eso es un vaticinio que llevo desde hace muchos años atrás. Y en mi velatorio probablemente no haya nadie, porque pediré ser cremado, justamente para evitar esa situación que si va o no va nadie a tu velatorio. Y hasta los que se encuentren dubitativos en llevarme o no flores, tendrán que saber que mis cenizas estarán recorriendo los pueblos de la sierra de mi infancia y eso en términos económicos y hasta en beneficio de las pobres flores será una medida muy positiva. No quiero tumba, no espero llantos, sino alegría, festejo, celebración. Y a pesar de que no quiero epitafio, me gustaría de hecho saber que mi vida “continuará”(el mejor epitafio).

Pero no podré volar tan lejos si no reconozco quien soy ahora. La típica, hay que elaborar nuestro análisis FODA, hay que hacer una minuciosa consulta interna, aceptar muchos defectos, errores y motivarse con nuestros potenciales y habilidades.

Entre mis fortalezas destaco mi terqueza. Cuando yo creo en algo me aferro a ello y confío plenamente en que vale la pena luchar o alcanzar tales objetivos. Ser terco es una manera de ser constante e infranqueable. También tengo la capacidad de escuchar, tenemos una boca y dos oídos, para hablar menos y escuchar más. Demoro en asimilar los cambios, porque muchas veces se golpea el orgullo y es difícil aceptar que hemos hecho mal, pero a la larga lo admito y crezco. Me gusta retarme a mí mismo, exigirme, hacer las cosas bien hechas aunque demoren más. Me gusta que todas las cosas tengan un sustento lógico e incluso humanístico antes de proceder o defenderlas. Me gusta el arte, es una práctica cotidiana, lo que genera en mí, mayor sensibilidad y capacidad de expresión. Suelo y busco ser creativo, innovar e identificarme en todo lo que hago. Suelo aprender de forma rápida. Tengo liderazgo, me gusta el trabajo organizado y participar de él, las operaciones colectivas, la estrategia y el ahorro de recursos.

Las oportunidades son bastante importantes, pero antes hay que reconocer que se alcanzan por esfuerzo propio. Quien se queda sentado esperando que le caiga todo del cielo, seguirá así. Mi desempeño como diseñador y artista gráfico me abrió varias puertas que me fueron encaminando hacia el desarrollo social. Como especialidad me estoy formando en Publicidad, la cual resulta una buena herramienta aplicable en un campo con poquísima promoción como es el desarrollo social. Me gusta escribir, pintar, dibujar, manual y digitalmente; es un valor agregado a mi profesión que casi siempre es requerido. La responsabilidad como valor también me ha dado buenas oportunidades, cuando uno presenta un trabajo bien hecho, a tiempo y cumpliendo con creces los términos de referencia; esto es valorado y por último sueles ser recomendado a otros, ampliando tus oportunidades de trabajo.

Es difícil hablar de debilidades, porque las debilidades se acunan en la mente y después se van transformando en hábitos. Todo lo que nace en la mente se proyecta en los actos, siguiendo el circuito de pensar, luego sentir y posteriormente actuar consecuentemente. Mi principal debilidad es la soberbia y el egocentrismo: a veces creemos que hemos madurado lo suficiente o que conocemos más que los demás, nos es difícil pisar tierra y eso nos detiene. No me gusta el inglés. Tengo poca empatía con la gente, no soy tan social ni me gusta serlo, en ese aspecto me veo siempre rodeado de un círculo cerrado; eso limita probablemente mis campos de crecimiento.

Amenazas, pues en la vida hay muchas y mucho más cuando uno decide ser la oveja negra en un rebaño blanco. Tengo todas mis facultades mentales y físicas rindiendo al máximo. No siento ninguna amenaza, me he esforzado en prepararme, he desarrollado diversas habilidades y teniendo en cuenta que todo trabajo es digno podré salir adelante; pero sinceramente no siento que algo amenace mi desarrollo personal. Cualquier cambio por duro que sea, voy a tener que asumirlo y seguir. A pesar de que a veces el miedo discurre por mi mente no le permito permanecer en mí, porque hay por ahí quienes dicen que el miedo te atrapa.
En este momento, encontrándome ya en la etapa culminante de mi preparación universitaria y empezando a realizar trabajos de mayor responsabilidad me empiezo a dar cuenta que la universidad como institución no resulta ser el único ente formativo y menos cuando queremos dedicarnos a trabajar en favor de la comunidad. Claro, como comunicador, comunidad, comunitario, poniendo en común. Los conocimientos están tan desligados de la realidad que me encuentro en un re-aprendizaje acelerado. El enfoque propio, la identidad propia, los propios sueños amplían el panorama de la realidad y aumentan las exigencias individuales, exigen pensar, sentir, unirse. Me siento preparado, pero me falta muchísimo más por aprender, siempre el conocimiento es una inmensidad frente a lo que hemos aprehendido de él. Mi vida empieza a despegar, inicia la independencia y la propia planificación.

No podría detener a hablar únicamente de lo académico o de lo laboral, porque no me parece lo más fundamental. Me refiero a que prepararme solo para ser un profesional me parece absurdo, ya que siempre encuentro grandes profesionales dando muestra de sus habilidades en la conducción y administración de taxis, en la complicada industria de las fotocopias, el secretariado o mercachifles; cualquiera fuera su casa de estudios. No me preocupo en ser el mejor profesional desde la óptica universitaria, porque al ser privada ya podemos definir con claridad cuál sería la visión con respecto al alumnado. Me preocupo en encontrar los espacios relacionados a mi meta que es el desarrollo social, vincularme con instituciones y actores que participan en la temática del desarrollo, observando de cerca la problemática social. Ahí el aprendizaje es mucho más enriquecedor; de manera que pueda sentirme un verdadero comunicador social.

Comentarios

oek ha dicho que…
Al desconsiderado Joseph he de recordarle que a su cumpleaños 68 mientras el hermano caballo tenga la guitarra en las manos, tardona como siempre he de llegar con una mochila en la esplada y los zapatos viejos de tanto usar dicendo! !EY TÚ, FUZZER ZA! fELIZ CUMPLEAÑOS
feliz cumpleaños amigo mío, amigo lejano, el de los pasos incansables, del corazon abierto, de mirada en el cielo y mano sobre la pluma.
Joseph Sánchez Horna ha dicho que…
Y haremos de la bohemia el último ensayo para nuestra rebeldía antes de la muerte, más no creo que duremos

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