En el Perú, de norte a sur, de este a oeste somos un país bastante diverso. Razas distintas, idiomas distintos, creencias y cosmovisiones diversas. Somos un país que se representa por el Cebiche, plato típico que revela esa diversidad de condimentos y elementos. Pescado, cebolla, distintos ajíes, camote, cancha o mote, limón, sal al gusto. Igualito es el país nuestro con el que despertamos todos los días. Una mezcolanza de todo.
Actualmente y al parecer por pura fachada política, se ventila un crecimiento económico que se dispara y tiende al crecimiento. Sin embargo no es necesario ir muy lejos para encontrarse cara a cara y de forma chocante con realidades completamente distinta. Lo ves en las avenidas, en los restaurantes, están en todos lados, cientos de miles de indigentes enrumbados nómades que deambulan sin rumbo entre el “recurseo” como pieza clave de su supervivencia. No he podido tragarme el cuento de que el Perú está creciendo, al contrario los rumores cotidianos, la prensa y los acontecimientos diarios reflejan otra coyuntura de la que todos somos conscientes que no se parece en lo más mínimo a las dadivosas cifras que promueve el gobierno.
Las clases sociales en nuestro país han sido pieza clave de varios conflictos, protestas, reclamos, atentados y un sinnúmero de problemas que acarreamos hoy en día y que para colmo de mal, será muy difícil erradicar con sistemas incompetentes como el actual. No hace muchos años, el Perú sufrió quizá la peor crisis política de la historia cuando se enfrentó a movimientos terroristas como lo fueron Sendero Luminoso y el MRTA. Algunos se preguntarán cuál es la relación de estos grupos subversivos con el tema pues, la cosa es simple y lo describe bien Umberto Jara en su libro “El secreto del tunel” (recomendable leerlo) donde se informa al detalle de las actividades del MRTA dirigidas por su último líder Nestor Cerpa Cartolini, quien perpetraba secuestros aparentemente con el objetivo de recaudar fondos para su expansión subversiva. “Un secuestro no suponía solamente la erosión de un patrimonio próspero. Era además una oportunidad para dejar una marca de hierro en las victimas sobrevivientes para que a su retorno nunca más sean las personas que fueran antes”. El cabecilla Nestor Cerpa Cartolini, fue un líder de un sindicato de trabajadores de una fábrica textil, su participación en una toma de la fábrica para exigir sus derechos salariales lo acerco a una actividad bélica que más adelante pondría al país en aprietos. Esa venganza contra los acaudalados es provocada por la exagerada desigualdad que reina en nuestro país. Definitivamente, las actividades terroristas no tienen ningún perdón, pero hay que señalar que las malas políticas que promueve el estado acarrean problemas mayores como el anteriormente señalado.
Es que la balanza se inclina al que pesa más, y en nuestro país que es ahora la madriguera de “los vivos”, “los pendejos” y “Cabeceadores”, generan a su paso un malestar tan desalentador como es la desigualdad. Ese problema genera rencores mayores, porque las masas no se sienten escuchadas, se sienten burladas, menospreciadas y a la larga nos encontramos con tragedias que no pueden sostenerse. Una forma de ilustrar mejor la desigualdad en nuestro país, nos remontamos al 5 de junio del 2008, al famoso “Baguazo”, en cuya incidente, el estado se enfrentó a su propia población por que esta se negaba a aceptar dos decretos que modificaban los procesos por los cuales la comunidad defendía sus derechos con respecto a sus tierras. Lo más detestable de esto es que las etnias de la amazonia nor oriental de nuestro país fueron usadas en momentos de guerra contra el ecuador como pieza clave para batallar, debido a que ellos conocían la selva peruana y eran especialistas. En ese momento fueron considerados ciudadanos. Lo que más lastima es que después de todo esto, el gobierno no ha mostrado mayor preocupación por estas poblaciones quienes se han visto sumidos en la extrema pobreza y la desolación que probablemente en algunos momentos les haya quitado el deseo de ser peruanos. El caso de Bagua y la actuación mercenaria del gobierno, quien acribillo a decenas de nativos es otra muestra de rencor que queda sujeto a heridas que no serán cerradas fácilmente. El repudio y consternación de los pobladores fue captado por periodistas que fue difundido en el programa “Enemigos íntimos” bajo la conducción de Beto Ortiz y Aldo MIyashiro, quienes fueron el único medio que se arriesgo a demostrar la masacre. "Escúchanos, por favor, señor Alan García: ¡Tú eres culpable porque nos has exterminado! ¡Nos estás matando! ¡Nos estás vendiendo! ¡Tú eres el terrorista! Nosotros defendemos nuestro territorio sin uso de armamentos, nuestra única arma de defensa es sólo lanzas y palos que no son de largo alcance y no es para matar como tú lo has hecho con nosotros. ¡Tú nos exterminaste usando armamentos, balas, helicópteros y los mataste a nuestros hermanos, hermanas, estudiantes, profesores, hijos! ¡Alan, te pedimos que vengas acá en nuestro territorio para que nos pagues de las deudas que tienes con nosotros! Alan, tú eres vende patria, vendes indígenas, vendes nuestros recursos naturales: oro, petróleo, agua, aire, contaminas nuestro medio ambiente y así nos dejas más pobres como nos estás viendo ahora cómo estamos y quedamos. Nosotros los awajún-wampis no te hemos elegido para que nos extermines, sino para que nos ayudes, des estudios a nuestros hijos que ahora has matado. Nosotros no te hemos quitado tu propiedad privada, no hemos matado a tus hijos, tu familia, ahora por qué tú nos acabas. ¿Ya nos exterminaste, ahora quedamos sin nada!" (Tomado del blog de José Carlos Orrillo) Son las palabras de una mujer indígena quien consternada por la muerte de su hijo en la incursión militar de Bagua, dio con esas palabras su frustración con la desigualdad social.
Históricamente se puede recurrir a un sin número de acontecimientos relacionados siempre a la explotación de recursos, que en vez de traer progreso, generan mayores problemas económico – sociales. Como lo sucedido en Cajamarca con los problemas generados por el derrame de mercurio en Choropampa, o la protección del acueducto natural llamado “Cerro Quilish”.
Vivimos en el país de “Con la plata baila el mono”, “El que tiene plata hace lo que quiere”. No podemos concluir sin antes poner en tela de juicio la “correcta labor” de los principales políticos de nuestro país. Caretas mostro en su revista del miércoles 24 de noviembre, una investigación realizada al ministro Barrón donde se ponen sobre la mesa informaciones que podrían demostrar que este señor, como director general del esalud y como ministro del interior había realizado cobros indebidos de más de cien mil soles y diversos otros delitos. Que sin duda es una traición directa a la patria, pero para estas ratas no hay ninguna pena, sino mas bien un solapamiento que les permite seguir robándole a un país que cada día se vuelve más y más desigual.
Actualmente y al parecer por pura fachada política, se ventila un crecimiento económico que se dispara y tiende al crecimiento. Sin embargo no es necesario ir muy lejos para encontrarse cara a cara y de forma chocante con realidades completamente distinta. Lo ves en las avenidas, en los restaurantes, están en todos lados, cientos de miles de indigentes enrumbados nómades que deambulan sin rumbo entre el “recurseo” como pieza clave de su supervivencia. No he podido tragarme el cuento de que el Perú está creciendo, al contrario los rumores cotidianos, la prensa y los acontecimientos diarios reflejan otra coyuntura de la que todos somos conscientes que no se parece en lo más mínimo a las dadivosas cifras que promueve el gobierno.
Las clases sociales en nuestro país han sido pieza clave de varios conflictos, protestas, reclamos, atentados y un sinnúmero de problemas que acarreamos hoy en día y que para colmo de mal, será muy difícil erradicar con sistemas incompetentes como el actual. No hace muchos años, el Perú sufrió quizá la peor crisis política de la historia cuando se enfrentó a movimientos terroristas como lo fueron Sendero Luminoso y el MRTA. Algunos se preguntarán cuál es la relación de estos grupos subversivos con el tema pues, la cosa es simple y lo describe bien Umberto Jara en su libro “El secreto del tunel” (recomendable leerlo) donde se informa al detalle de las actividades del MRTA dirigidas por su último líder Nestor Cerpa Cartolini, quien perpetraba secuestros aparentemente con el objetivo de recaudar fondos para su expansión subversiva. “Un secuestro no suponía solamente la erosión de un patrimonio próspero. Era además una oportunidad para dejar una marca de hierro en las victimas sobrevivientes para que a su retorno nunca más sean las personas que fueran antes”. El cabecilla Nestor Cerpa Cartolini, fue un líder de un sindicato de trabajadores de una fábrica textil, su participación en una toma de la fábrica para exigir sus derechos salariales lo acerco a una actividad bélica que más adelante pondría al país en aprietos. Esa venganza contra los acaudalados es provocada por la exagerada desigualdad que reina en nuestro país. Definitivamente, las actividades terroristas no tienen ningún perdón, pero hay que señalar que las malas políticas que promueve el estado acarrean problemas mayores como el anteriormente señalado.
Es que la balanza se inclina al que pesa más, y en nuestro país que es ahora la madriguera de “los vivos”, “los pendejos” y “Cabeceadores”, generan a su paso un malestar tan desalentador como es la desigualdad. Ese problema genera rencores mayores, porque las masas no se sienten escuchadas, se sienten burladas, menospreciadas y a la larga nos encontramos con tragedias que no pueden sostenerse. Una forma de ilustrar mejor la desigualdad en nuestro país, nos remontamos al 5 de junio del 2008, al famoso “Baguazo”, en cuya incidente, el estado se enfrentó a su propia población por que esta se negaba a aceptar dos decretos que modificaban los procesos por los cuales la comunidad defendía sus derechos con respecto a sus tierras. Lo más detestable de esto es que las etnias de la amazonia nor oriental de nuestro país fueron usadas en momentos de guerra contra el ecuador como pieza clave para batallar, debido a que ellos conocían la selva peruana y eran especialistas. En ese momento fueron considerados ciudadanos. Lo que más lastima es que después de todo esto, el gobierno no ha mostrado mayor preocupación por estas poblaciones quienes se han visto sumidos en la extrema pobreza y la desolación que probablemente en algunos momentos les haya quitado el deseo de ser peruanos. El caso de Bagua y la actuación mercenaria del gobierno, quien acribillo a decenas de nativos es otra muestra de rencor que queda sujeto a heridas que no serán cerradas fácilmente. El repudio y consternación de los pobladores fue captado por periodistas que fue difundido en el programa “Enemigos íntimos” bajo la conducción de Beto Ortiz y Aldo MIyashiro, quienes fueron el único medio que se arriesgo a demostrar la masacre. "Escúchanos, por favor, señor Alan García: ¡Tú eres culpable porque nos has exterminado! ¡Nos estás matando! ¡Nos estás vendiendo! ¡Tú eres el terrorista! Nosotros defendemos nuestro territorio sin uso de armamentos, nuestra única arma de defensa es sólo lanzas y palos que no son de largo alcance y no es para matar como tú lo has hecho con nosotros. ¡Tú nos exterminaste usando armamentos, balas, helicópteros y los mataste a nuestros hermanos, hermanas, estudiantes, profesores, hijos! ¡Alan, te pedimos que vengas acá en nuestro territorio para que nos pagues de las deudas que tienes con nosotros! Alan, tú eres vende patria, vendes indígenas, vendes nuestros recursos naturales: oro, petróleo, agua, aire, contaminas nuestro medio ambiente y así nos dejas más pobres como nos estás viendo ahora cómo estamos y quedamos. Nosotros los awajún-wampis no te hemos elegido para que nos extermines, sino para que nos ayudes, des estudios a nuestros hijos que ahora has matado. Nosotros no te hemos quitado tu propiedad privada, no hemos matado a tus hijos, tu familia, ahora por qué tú nos acabas. ¿Ya nos exterminaste, ahora quedamos sin nada!" (Tomado del blog de José Carlos Orrillo) Son las palabras de una mujer indígena quien consternada por la muerte de su hijo en la incursión militar de Bagua, dio con esas palabras su frustración con la desigualdad social.
Históricamente se puede recurrir a un sin número de acontecimientos relacionados siempre a la explotación de recursos, que en vez de traer progreso, generan mayores problemas económico – sociales. Como lo sucedido en Cajamarca con los problemas generados por el derrame de mercurio en Choropampa, o la protección del acueducto natural llamado “Cerro Quilish”.
Vivimos en el país de “Con la plata baila el mono”, “El que tiene plata hace lo que quiere”. No podemos concluir sin antes poner en tela de juicio la “correcta labor” de los principales políticos de nuestro país. Caretas mostro en su revista del miércoles 24 de noviembre, una investigación realizada al ministro Barrón donde se ponen sobre la mesa informaciones que podrían demostrar que este señor, como director general del esalud y como ministro del interior había realizado cobros indebidos de más de cien mil soles y diversos otros delitos. Que sin duda es una traición directa a la patria, pero para estas ratas no hay ninguna pena, sino mas bien un solapamiento que les permite seguir robándole a un país que cada día se vuelve más y más desigual.
Comentarios
Salu2 muy buena entrada.