Actualmente la coyuntura social en la que nos estamos desenvolviendo insita a inmiscuirse y diagnosticar los diferentes aspectos que conforman la relación entre el público y los medios de difusión masiva, pues es necesario identificar los efectos que se producen en la sociedad consumista de la información.
Debemos empezar acotando que el ser humano es en si una especie de disco duro vacío, en el que se van almacenando experiencias, vivencias, conocimiento, información. Además, el ser humano tiene como característica esencial en su forma de ser la curiosidad, esa curiosidad que lo lleva a creer o no creer, a elegir, imaginar, pensar, etc.
Los medios de comunicación crecieron bajo la influencia de una sociedad que necesitaba involucrarse, relacionarse, desarrollarse. Esa sociedad reconocía como herramienta vital para lograr su objetivo esa capacidad de afianzar la distribución de la información, masificando la producción informativa de los medios. Conectando mentes de acuerdo a las intenciones de los poderosos que definían el porvenir de las naciones desde los diarios y la televisión. (Esto sucede en nuestro contexto actual también).
Por eso Hadley Cantril nomás en 1938, busco estudiar el juicio del receptor a quien se le entregó una información de que Marte había conquistado la tierra. Fue un programa que se definía como real, la gente lo creyó. Es obvio que dentro del juicio de muchos puede haber sido una locura, algo irreal, inaceptable, sin embargo para otros ocasionó ciertos desequilibrios emocionales que serían estudiados mediante métodos de psicología social, tratando de interpretar la clara responsabilidad que tienen los medios en el comportamiento de la gente.
Cercano a estas fechas, otro investigador reconoció la participación de los medios en la sociedad; pero esta vez acercándose mucho más a una perspectiva pragmática. Laswell entendería que las intenciones mediáticas son la información. Empezamos a notar que los investigadores empiezan a preocuparse por la importancia que tienen los medios, por la información que difunden y los cambios que ocasionan en la gente como por ejemplo una intención homogeneizante de la cultura que hemos empezado a vivir paulatinamente con la llegada de la globalización.
No paso mucho tiempo más hasta que llegó la televisión, este seria desde mi punto de vista un verdadero hito que marcara cambios estrambóticos en el devenir de las sociedades. Para empezar, probablemente su aparición fue apreciada por muchos como sucedió con la radio y el cine de los hermanos Lumiere. Pero nadie se imaginaba que esta revolución sería capaz de generar todo un catabolismo impresionante.
La televisión la tenemos hasta ahora, ¿Por qué no ha desaparecido aún si ya tenemos otras tecnologías mucho más avanzadas, didácticas y adaptables?. Justamente por que la televisión no se definió como un medio informativo, sino más bien como un canal de entretenimiento. Entonces, digamos que como su finalidad era entretener se volvieron expertos en ello y al gozar de este potencial aprovecharon desde siempre para sembrar información y ocasionar vertiginosos cambios o adaptaciones sociales innecesarias para determinadas ocasiones y critico mucho este detestable aspecto de la televisión, por que considero que este medio ocasionó la ruptura de la relación entre el hombre y su característica curiosa de buscar el conocimiento y la experiencia. La televisión ocasionó el conformismo en la gente. La gente se idiotiza con la televisión. Hoy en día para muchos es una terrible enfermedad que pretende ser incurable.
Es sarcástico probablemente, pero cuantos de nosotros fuimos prohibidos e interrumpidos muchas veces de ver nuestras series favoritas y justo en los momentos donde se concentraban las más escalofriantes escenas de emoción. ¿Acaso fue siempre una medida arbitraria e inaudita por parte de nuestros padres?, claro que no, sino que ellos ya habían entendido desde ya el peligro que existe tras de muchas imágenes, que sobretodo afecta a los infantes, quienes aun no gozan de facultades de discernimiento ni análisis como lo disponemos ahora nosotros.
Definitivamente, claro está que hemos reconocido la problemática que encierra la televisión. Muchos de nosotros probablemente hayamos querido en alguna etapa de nuestra vida ser como los power Rangers o un tortunija, muchos nos estupidizamos con Goku y su pandilla de super héroes, es cierto, que la cercanía a la realidad o a veces la exagerada imaginación expuesta por la pantalla genera nuevas personalidades en las personas.
El color rosado y la mujer bonita de hoy en día no es nada más que una jugada comercial, donde todas las mujeres son menospreciadas a tal punto de querer parecer muñecas Barbies, capaces de despertar inquietudes y deseos sexuales en los varones. ¿Acaso algún medio aportó a revalorarla y alejarla del maltrato al que esta sometida?
Pero además sepamos que la influencia de los medios también puede ser económica, social o cultural, dependiendo de cual sea la intención. Por ejemplo, en nuestro país todos se tragaron el cuento de que nos encontramos en un nivel de estabilidad. Para mi criterio esto es una burla pésima, sin embargo muchos lo creyeron; al contrario, parece que la estabilidad impuesta por los medios se desmorona fácilmente al nivel de generar desconcierto y caos en la población que si entiende este tipo de manejos político-televisivos.
Es sencillo reconocer estos aspectos como en el caso que ha conmocionado al país entero. Resulta que descubrieron a varios pericotes políticos mediante un polémico manejo de audios distribuidos a través de la prensa, donde no solamente los personajes reconocidos en las grabaciones se vieron en peligro, sino todo un gobierno de la misma índole.
Es toda una estrategia, pero que da buenos resultados. Nadie se imaginó que existiría una gran fórmula para acallar la voz taladrante de la opinión pública. Esa fórmula jugosa y exquisita fue meter a Magaly Medina a la cárcel. Por que ella y su programa tuvieron estupidizado a todo un país con sus comedias estúpidas que embrujaban el pensamiento del pueblo. Luego los demás canales no demoraron en estallar explosiones al respecto y todo el mundo se dedico a cavar la supuesta tumba de esta entre comillas periodista. Se inició a difundir una miniserie, la prensa escrita sensacionalista la tuvo todos los días empapando sus portadas, con titulares turbulentos, alarmistas y miserables.
A las finales, todos se olvidaron que nuestro país había sido un gran corral para la crianza de ratas de buen engorde. La gente aún sigue estupidizada gracias a la televisión y cree que lo de Magaly es una injusticia. Claro que lo es, es una injusticia para nosotros que tenemos que aguantar esas porquerías todos los días. No es tolerable de ninguna manera. Era obvio, era necesario utilizar ese magnetismo que genera la televisión basura con las masas para tapar tamaña vergüenza que el gobierno no quiere reconocer ni limpiar.
Conjuntamente a esta polémica se genera otra mucho más relevante, que se refiere a la obtención de la información utilizada para este caso. Resulta que la información ha sido grabada por equipos denominados como “de chuponeo”, eso definitivamente es un delito. Sin embargo, se está investigando a los chuponeados y no ha los que chuponearon, eso quiere decir que la intimidad de las personas e incluso el libre pensamiento se puede ver vulnerado por estas prácticas. Sugiero que se esclarezca esta insensata manifestación periodística, pero no solo del lado de los involucrados en el interior del audio, sino también es importante reconocer las intenciones políticas que se están manejando debajo de de todo este tablero de ajedrez.
Habría que preguntarse incluso, por que la denuncia tuvo que haber sido a través de la prensa, por que hubo necesidad de alarmar al público con toda esta redada, Por que fue tan necesario recurrir a la televisión y difundir esta situación y por que en este momento. ¿Fue el adecuado?, ¿para quién?.
En contradicción a todo lo expuesto, es ilusorio, pero vale la pena expresarlo, me imagino y pienso en como sería si toda la magnitud informativa de los medios y los efectos positivos que posee fueran manejados con propósitos benignos, solícitos a colaborar con el conocimiento y la buena información, probablemente si ese sueño se hiciera realidad dejaríamos de llamarnos penosamente TERCER MUNDISTAS.
Lo que no cabe duda después de todo este jolgorio de patrañas malolientes es que no se puede desmentir la importante participación que tienen los medios en el actuar, sentir y pensar de las personas. Muchos nos estamos dejando llevar y si no continuo este texto es por que estoy viendo Magnolia Merino…
Debemos empezar acotando que el ser humano es en si una especie de disco duro vacío, en el que se van almacenando experiencias, vivencias, conocimiento, información. Además, el ser humano tiene como característica esencial en su forma de ser la curiosidad, esa curiosidad que lo lleva a creer o no creer, a elegir, imaginar, pensar, etc.
Los medios de comunicación crecieron bajo la influencia de una sociedad que necesitaba involucrarse, relacionarse, desarrollarse. Esa sociedad reconocía como herramienta vital para lograr su objetivo esa capacidad de afianzar la distribución de la información, masificando la producción informativa de los medios. Conectando mentes de acuerdo a las intenciones de los poderosos que definían el porvenir de las naciones desde los diarios y la televisión. (Esto sucede en nuestro contexto actual también).
Por eso Hadley Cantril nomás en 1938, busco estudiar el juicio del receptor a quien se le entregó una información de que Marte había conquistado la tierra. Fue un programa que se definía como real, la gente lo creyó. Es obvio que dentro del juicio de muchos puede haber sido una locura, algo irreal, inaceptable, sin embargo para otros ocasionó ciertos desequilibrios emocionales que serían estudiados mediante métodos de psicología social, tratando de interpretar la clara responsabilidad que tienen los medios en el comportamiento de la gente.
Cercano a estas fechas, otro investigador reconoció la participación de los medios en la sociedad; pero esta vez acercándose mucho más a una perspectiva pragmática. Laswell entendería que las intenciones mediáticas son la información. Empezamos a notar que los investigadores empiezan a preocuparse por la importancia que tienen los medios, por la información que difunden y los cambios que ocasionan en la gente como por ejemplo una intención homogeneizante de la cultura que hemos empezado a vivir paulatinamente con la llegada de la globalización.
No paso mucho tiempo más hasta que llegó la televisión, este seria desde mi punto de vista un verdadero hito que marcara cambios estrambóticos en el devenir de las sociedades. Para empezar, probablemente su aparición fue apreciada por muchos como sucedió con la radio y el cine de los hermanos Lumiere. Pero nadie se imaginaba que esta revolución sería capaz de generar todo un catabolismo impresionante.
La televisión la tenemos hasta ahora, ¿Por qué no ha desaparecido aún si ya tenemos otras tecnologías mucho más avanzadas, didácticas y adaptables?. Justamente por que la televisión no se definió como un medio informativo, sino más bien como un canal de entretenimiento. Entonces, digamos que como su finalidad era entretener se volvieron expertos en ello y al gozar de este potencial aprovecharon desde siempre para sembrar información y ocasionar vertiginosos cambios o adaptaciones sociales innecesarias para determinadas ocasiones y critico mucho este detestable aspecto de la televisión, por que considero que este medio ocasionó la ruptura de la relación entre el hombre y su característica curiosa de buscar el conocimiento y la experiencia. La televisión ocasionó el conformismo en la gente. La gente se idiotiza con la televisión. Hoy en día para muchos es una terrible enfermedad que pretende ser incurable.
Es sarcástico probablemente, pero cuantos de nosotros fuimos prohibidos e interrumpidos muchas veces de ver nuestras series favoritas y justo en los momentos donde se concentraban las más escalofriantes escenas de emoción. ¿Acaso fue siempre una medida arbitraria e inaudita por parte de nuestros padres?, claro que no, sino que ellos ya habían entendido desde ya el peligro que existe tras de muchas imágenes, que sobretodo afecta a los infantes, quienes aun no gozan de facultades de discernimiento ni análisis como lo disponemos ahora nosotros.
Definitivamente, claro está que hemos reconocido la problemática que encierra la televisión. Muchos de nosotros probablemente hayamos querido en alguna etapa de nuestra vida ser como los power Rangers o un tortunija, muchos nos estupidizamos con Goku y su pandilla de super héroes, es cierto, que la cercanía a la realidad o a veces la exagerada imaginación expuesta por la pantalla genera nuevas personalidades en las personas.
El color rosado y la mujer bonita de hoy en día no es nada más que una jugada comercial, donde todas las mujeres son menospreciadas a tal punto de querer parecer muñecas Barbies, capaces de despertar inquietudes y deseos sexuales en los varones. ¿Acaso algún medio aportó a revalorarla y alejarla del maltrato al que esta sometida?
Pero además sepamos que la influencia de los medios también puede ser económica, social o cultural, dependiendo de cual sea la intención. Por ejemplo, en nuestro país todos se tragaron el cuento de que nos encontramos en un nivel de estabilidad. Para mi criterio esto es una burla pésima, sin embargo muchos lo creyeron; al contrario, parece que la estabilidad impuesta por los medios se desmorona fácilmente al nivel de generar desconcierto y caos en la población que si entiende este tipo de manejos político-televisivos.
Es sencillo reconocer estos aspectos como en el caso que ha conmocionado al país entero. Resulta que descubrieron a varios pericotes políticos mediante un polémico manejo de audios distribuidos a través de la prensa, donde no solamente los personajes reconocidos en las grabaciones se vieron en peligro, sino todo un gobierno de la misma índole.
Es toda una estrategia, pero que da buenos resultados. Nadie se imaginó que existiría una gran fórmula para acallar la voz taladrante de la opinión pública. Esa fórmula jugosa y exquisita fue meter a Magaly Medina a la cárcel. Por que ella y su programa tuvieron estupidizado a todo un país con sus comedias estúpidas que embrujaban el pensamiento del pueblo. Luego los demás canales no demoraron en estallar explosiones al respecto y todo el mundo se dedico a cavar la supuesta tumba de esta entre comillas periodista. Se inició a difundir una miniserie, la prensa escrita sensacionalista la tuvo todos los días empapando sus portadas, con titulares turbulentos, alarmistas y miserables.
A las finales, todos se olvidaron que nuestro país había sido un gran corral para la crianza de ratas de buen engorde. La gente aún sigue estupidizada gracias a la televisión y cree que lo de Magaly es una injusticia. Claro que lo es, es una injusticia para nosotros que tenemos que aguantar esas porquerías todos los días. No es tolerable de ninguna manera. Era obvio, era necesario utilizar ese magnetismo que genera la televisión basura con las masas para tapar tamaña vergüenza que el gobierno no quiere reconocer ni limpiar.
Conjuntamente a esta polémica se genera otra mucho más relevante, que se refiere a la obtención de la información utilizada para este caso. Resulta que la información ha sido grabada por equipos denominados como “de chuponeo”, eso definitivamente es un delito. Sin embargo, se está investigando a los chuponeados y no ha los que chuponearon, eso quiere decir que la intimidad de las personas e incluso el libre pensamiento se puede ver vulnerado por estas prácticas. Sugiero que se esclarezca esta insensata manifestación periodística, pero no solo del lado de los involucrados en el interior del audio, sino también es importante reconocer las intenciones políticas que se están manejando debajo de de todo este tablero de ajedrez.
Habría que preguntarse incluso, por que la denuncia tuvo que haber sido a través de la prensa, por que hubo necesidad de alarmar al público con toda esta redada, Por que fue tan necesario recurrir a la televisión y difundir esta situación y por que en este momento. ¿Fue el adecuado?, ¿para quién?.
En contradicción a todo lo expuesto, es ilusorio, pero vale la pena expresarlo, me imagino y pienso en como sería si toda la magnitud informativa de los medios y los efectos positivos que posee fueran manejados con propósitos benignos, solícitos a colaborar con el conocimiento y la buena información, probablemente si ese sueño se hiciera realidad dejaríamos de llamarnos penosamente TERCER MUNDISTAS.
Lo que no cabe duda después de todo este jolgorio de patrañas malolientes es que no se puede desmentir la importante participación que tienen los medios en el actuar, sentir y pensar de las personas. Muchos nos estamos dejando llevar y si no continuo este texto es por que estoy viendo Magnolia Merino…
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