Qué podría decir amiga, después de todos estos años que han transcurrido aceleradamente, después de esos recuerdos raídos o empolvados de nuestra maravillosa amistad. Del chico sublime y sublimado que conociste quizá ya no queda más que ese simple recuerdo, estas ganas de ser hombre me han transformado amiga, a tal punto que a veces hasta yo mismo me desconozco. Desde que empezaste a surgir por allá, en la pujante Cuba, yo me he sentido carente de tu modelo, de tus consejos, de tus ánimos que eran una verdadera caricia. Yo no creo ser malo, tampoco. La maldad y la bondad conviven con todos nosotros, es más pienso yo que es un menester de la cotidianeidad humana. Aprendí muchas nuevas cosas, algunas sobre política, mi música dio un giro enorme, mi pintura ya casi extinta cambiada por un aleatorio ejercicio fotográfico, sumándosele mi poco apetito actual por el diseño gráfico. Estuve trabajando haciendo un estudio en una zona en la parte posterior de Huanchaco, donde...