Afianzado a mi escalera, descendiendo fulminante busco la luz verdadera y el color de tu semblante. Los peldaños que me acercan a tu esencia, enamorándome al compás de mi demencia, oigo un canto de advertencia para hundirme en tus adentros, naufragando entre tus islas perseguido por espectros. voy sacando de tu cuerpo toda costra doliente liberándote de tus envoltorios inclementes. Esa noche canté mis absurdos secretos, alentaste mis ganas con tus amuletos, voy perdiendo el control de mis besos y deambulo sediento por todo tu cuerpo, respirando en tu pecho elevo mis rezos. esta noche abriré la ventana y esperaré, que te internes conmigo y no dormiré, viajaré de tu mano por todos los cuentos y serás la princesa que he de liberar, de dragones y bestias en el fondo del mar. Arranqué de los parques a las azucenas, creándote un manto que aleje tus penas. Quiero verte reír en tus noches despiertas cuando te tengo, mi dama dorada.